jueves, 20 de noviembre de 2014

LA TIENDA ES Y SEGUIRÁ SIENDO EL CLUB SOCIAL DE LA CUADRA



EL TÁBANO - La Certeza de la Opinión Calificada


Por: Alejandro Duarte Rueda
Directivo de Undeco

Creemos que la medida que ha tomado la Alcaldía de Barranquilla de prohibirles a las tiendas de barrio venderle cerveza al vecindario no es la más conveniente porque entonces el usuario se ve obligado a tener que buscar sitios alejados de su residencia, de su barrio, para poder satisfacer sus necesidades de recreación y sano esparcimiento.

Creemos que lo más conveniente sería una socialización de las normas, un acercamiento pedagógico para que los tenderos, la comunidad y la administración tengan una interacción permanente y se pueda mediante la concertación, llegar a acuerdos y a un feliz término.

Somos concientes de que la protesta no es lo más indicado, sería lo último a lo que los tenderos podrían recurrir. El sector de los tenderos ha sido golpeado con diversidad de medidas en años anteriores, pero  se ha mantenido, y viene siendo fortalecido en los últimos años.

Parece lógico que más de 15 mil tiendas en la ciudad que se han visto afectadas con la prohibición de la venta de licor, tuvieran que protestar, pero ese no es el camino, más bien debe ser dialogar, interactuar para que se le permita al tendero de una manera controlada, expender licor para llevar o para tomar dos o tres cervezas y no convertir el establecimiento en una cantina, que es lo que al final de cuentas preocupa a la comunidad y a la administración distrital.

La Unión Nacional de Comerciantes, UNDECO, siempre ha sido respetuosa de todas las normas existentes, pero así como en épocas anteriores hemos contribuido al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, ahora se le debe dar una oportunidad a estos comerciantes para que también contribuyeran a la venta y consumo de licor moderado, es decir, una especie de auto-regulación del tendero sobre todo en los barrios del sur de Barranquilla, que es donde se hace más necesario.

Entonces la idea sería más bien socializar la medida de prohibición con las tiendas y la comunidad con el propósito de que no haya alteración del orden público; pero los tenderos tampoco quieren ningún tipo de contratiempos a nivel del público consumidor y mucho menos con la administración distrital que ha sido hasta este momento valiosa para el desarrollo de esta actividad comercial y mercantil.

Las tiendas han sido un factor determinante en la vida de las ciudades. No se podría concebir una ciudad sin sus tiendas de barrio, porque estas generan un servicio personalizado; la tienda es el banco del barrio, saca de apuros a la gente, genera muchos servicios, inclusive el creciente y aplaudido servicio a domicilio.

La tienda se ha convertido prácticamente en un aliado del vecino, que encuentra en la tienda una forma de adquirir sus productos cómodamente, cerca de su residencia.

Y no podemos olvidar al epicentro de la tienda: el tendero, ese ser humano abnegado y gentil, que madruga todos los días a surtir su tienda, ese un ciudadano que paga cumplidamente sus impuestos, ese servidor cuya esposa también se desvela por satisfacer las necesidades de los vecinos. Ese tendero también tiene una familia, tiene hijos que atender y educar.

Por eso esta problemática no es tan simple, hay que mirar al interior de la tienda y analizar detenidamente de qué manera una prohibición como esta afecta la economía familiar del tendero y cómo obstaculiza el papel de regulador de las relacione sociales que el tendero cumple en su vecindario, en todo un barrio, en toda una comunidad.

¡Unidos somos más!
@aduarte01
aduarte.1@hotmail.com




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