miércoles, 5 de noviembre de 2014

¡A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO!



Los colombianos llevamos cuatro (4) años escuchando, leyendo, viendo y hablando de la muerte de un joven bogotano, de origen guajiro, amiguero, rumbero, abierto, espontaneo y de manera especial, consagrado a sus estudios de Economía e Ingeniería Industrial en la Universidad de Los Andes.

No es cualquiera el que se le mide a estudiar dos (2) carreras y de manera simultánea, Colmenares lo hacía.

Como buen costeño tenía ausencia de malicia; Le era imposible advertir el peligro. Le era imposible ver en el corazón de conocidos y compañeros la maldad, la traición, la puñalada trapera y por la espalda. Para él todos eran buenos y andaba por el mundo confiado y confiando en los demás, -en especial- de aquella niña con la que estaba empezando a salir, a pesar de algunas dificultades que tenía ella con su ex pareja.

Si advirtió el peligro, se por fio en que nada le pasaría, pues en su corazón, jamás se le ocurriría inferir en la humanidad de otro, lo que en la de él le hicieron sus asesinos.

Luego de una noche feliz, con compañeros de clase con los que ya había pasado los últimos siete (7) semestres en la Universidad (3 años y medio), pensaba que estaba con ellos seguro y que nada le podía pasar.

Que equivocado estaba Luis Andrés…., ni era su novia, ni eran sus amigos, ni eran sus compañeros de clase, ni eran sus nías…, nada. Estos hoy se comportan como extraños, no saben nada, no vieron nada, no conocen a nadie.

Si se hace un recorrido por YouTube encontraras numerosos audios en los que se puede deducir la existencia de un acto criminal, la existencia de unos encubridores de esos hechos criminales. Actuaciones torticeras para buscar el archivo del proceso y con unas confesiones burdas, tacitas, que la Fiscalía aun no ha podido develar, aclarar, probar.

Hay algunas voces, -muy pocas por surte-, que le piden a Dos Luis Colmenares y su familia que deje eso así, que le deje el crimen para que lo esclarezca Dios. Desde luego algunos por que no tienen idea del dolor ajeno, otros por hacerle la gracia y el trabajo a aquellos que a gritos están pidiendo el archivo de la investigación y otros, -los más atrevidos-, posando de especialistas terapeutas.

Lo más provechoso para una víctima es el acompañamiento, que no se sientan solos. Lo más estúpido que puedes decir en un velorio a los deudos es que no llore su muerto. Lo más estúpido y anti terapéutico es decirle a los Colmenares Escobar que dejen el crimen de su hijo, hermano, pariente y amigo que se resuelva solo, que no clamen justicia, que no exijan justicia.

Se me ocurre unas preguntas: ¿Quién les ha pedido el concejo? ¿A quién le están haciendo el mandado? ¿Son mensajeros de quien?

Si no fuera por la perseverancia, estudio, tenacidad, fe, sacrificio de la Familia Colmenares Escobar, el crimen, el asesinato de Luis Andrés Colmenares Escobar estaría archivado y sería un muerto más por suicidio como es el deseo de sus ejecutores.

También hay que destacar la pericia del Fiscal Antonio Luis González que no comió cuento, que no se dejo llevar por la fácil, a cuenta de su propia seguridad cogió el toro por los cachos y dijo acá hay un crimen encubierto, asolapado; Esto no es un simple suicidio, una víctima no se suicida varias veces; Acá hay algo que no concuerda. El cadáver me indica que esto no es un suicidio sino un crimen. Así lo acaba de corroborar, confirmar la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá.

¿Que falta ahora? Que la Fiscalía ordene las capturas de aquellos que están obstruyendo a la justicia, de aquellos que en esos audios dicen que saben que fue lo que paso pero no se lo han confesado a la fiscalía. Aquel padre que dice que su hija sabe quien fue el que lo hizo. Esa filigrana jurídica será la que se empezará a devanar en los juicios que están pendientes por celebrarse.

A la Familia Colmenares Escobar hay que acompañarla en su lucha por exigir justicia, decirles que no se rindan. ¡A Dios rogando y con el mazo dando!

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