martes, 23 de diciembre de 2014

CAUDALOSAS AGUAS DEL RIO FONCE


Es muy fácil en esta época, evocar viejos y bellos recuerdos del pasado, en especial, cuando ese pasado está directamente relacionado con otras regiones, con otros lugares, tan distintos a los que finalmente hemos recorrido el mayor tiempo de nuestras vidas.

Y es que no es lo mismo nacer y criarse en tu barrio, jugando con tus vecinos, recordando la espera del bus que nos llevaba a nuestro colegio, las bromas que les hacíamos a nuestros profesores y el piropo cursi que le dijimos a aquella niña linda que nos hacia soñar; Muy distinto es cuando en su infancia se está rodeado del ruido de la naturaleza, de las chicharras del medio día, de las luciérnagas, de los pájaros, del bramar del ganado, las cabras y venados, del aullido de los perros, del chillido de los cerdos y el crujir de las caudalosas aguas del Rio Fonce al paso por la vereda.

Así paso, luego de conocer a esa hermosa Barranquilla, que siempre nos hace soñar, con sus pequeñas embarcaciones de pescadores que se apostaban en los alrededores de la Intendencia Fluvial para vender sus peces, luego de ver como el río se junta con el mar en las aguas de Bocas de Ceniza, de conocer el Muelle de Puerto Colombia y las playas de Santa Verónica, -luego de esto-, se dio el regreso a mi tierra, a la tierra que me pario.

Aprendí a labrar la tierra, a cosechar tabaco, maíz, millo, tomate, papaya, yuca, cebolla, cilantro, ahuyama, patilla, naranjos, limones, criar cerdos, ganado, chivos, perros, gallinas, gallinetas, piscos, patos, en fin, allá en el Cucharo fui muy feliz.

Pero en verdad, no sé si fuí tan feliz como lo evoco, pues término por creer que hasta los recuerdos nos traicionan, y nos hacen soñar con el pasado. De todas formas, me hace feliz pensar que en aquella época en el Cucharo, fui muy feliz, a pesar de que no había, luz, agua, gas, Tv Cable, teléfono, televisión, baños, cama, sabanas, ropa de dormir, chanclas, pijamas. Solo lo que ya dijimos: Lo que la tierra producía y nosotros con nuestras manos ayudabas a cultivar.

No recuerdo haberme acostado con hambre o sed, pues en la casa había lo necesario para vivir y ser feliz en medio de todas las carencias, que para aquella época no añorábamos, pues ya no recordaba que existían. Los niños olvidan con mucha facilidad, y yo solo recordaba mi pasado en los sueños.

Hoy veo una Barranquilla saliendo adelante y con un futuro promisorio. La mirada que estamos dando hacia el Rio Magdalena nos traerá progreso, no solo a los de acá, sino a todo el país. Esta es la ciudad de las oportunidades. Llegaron los franceses y sus mujeres a B/quilla, asiáticos, Libaneses, Turcos, Santandereanos y ahora la ciudad se está llenando de paisas, gente trabajadora, incansable y con estupendas ideas.

¡Gracias Barranquilla! por permitirnos a todos realizar nuestros sueños, por acogernos, para facilitarnos la vida, por permitir que sus hijos y los hijos de los foráneos constituyan nuevas familias, y todos juntos empujemos hacia un mismo lugar: Una Barranquilla cada día más linda, con nuevas y mejores oportunidades. Feliz navidad y un 2015 lleno de amor, paz, salud y prosperidad.


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